viernes, 28 de noviembre de 2008

Fidel Castro regala hospital a Holguín

Por Amauris Betancourt


“… como un premio y estimulo a los holguineros…” manifestó Fidel Castro Ruz hace diez años cuando el Hospital Clínico Quirúrgico Lucía Iñiguez Landín abrió sus puertas para la atención médica, incluida entre las prioridades en la Revolución en el alegato La historia me absolverá en 1953.

El centro hospitalario apoya también a las provincias de Granma y Las Tunas, dice la doctora Teresa Guillén, directora del hospital, al expresar su satisfacción de dirigir trabajadores en lo que prevalecen los valores humanos.

El hospital clínico de Holguín ha cosechado éxitos reconocidos en trasplantes renales, en la cirugía, en la introducción de técnicas quirúrgicas de avanzada – la videoendoscópicas, por ejemplo –, y es la única institución de Cuba en la práctica de cirugía de mínimo acceso las 24 horas del día, dijo el doctor Rosell Batista Feria, especialista de segundo grado en cirugía, fundador del centro.

La Imagenología, área privilegiada, dispone de equipos de Resonancia Magnética Nuclear, Tomógrafos Axiales Computarizados mono y multicortes, Densitómetro, Ultrasonido Doopler y convencionales, Rayos X y otros que permiten la profundización de numerosos estudios.

La reciente creación del Centro Oftalmológico provincial, con la mejor tecnología como la Excimer Láser instalada hoy, ha asistido e intervenido quirúrgicamente a más de tres mil pacientes.

Los holguineros agradecen y felicitan a los trabajadores del Lucía Iñiguez.

martes, 25 de noviembre de 2008

Rene Pérez Massola, arte en la lente

Por Amauris Betancourt.


La fotografía de prensa cubana vive tiempos prolíficos, con alto nivel estético. Ocupa los mayores espacios galéricos de la isla, competitivos o no, dedicados a la imagen de la lente. Su nivel estético se proyecta y sobrepasa, en números, las propuestas netamente artísticas. Rene Pérez Massola, fotorreportero del semanario Trabajadores, hace justicia a la aseveración.


Y cuando se dice artística no se excluye el fotoperiodismo; entiéndase esta diferencia solo en intención y función. La centrada en lo puramente estético se hace asistir por códigos y lenguajes que apelan a la sensibilidad intelectual mientras la otra invoca más al desnudo la realidad sin enmascararla. Esta, fruto de preocupaciones humanas más subjetivas; abstraídas para alabar, embellecer o criticar, para expresar el alma; la otra, resultado de la objetividad para dar a conocer y para mostrar con sus herramientas un mensaje comprensible con mayor facilidad.


No obstante a veces la frontera entre uno y otro género fotográfico se diluye. Sucede con este joven fotógrafo cubano quien, página personal por medio (o blog por medio, mejor dicho, según el correspondiente término en inglés), logra exponer sus mejores imágenes, para fortuna y disfrute de los amantes de la fotografía, las cuales irónicamente, por una u otra razón, no llegan a las páginas de los semanarios y periódicos cubanos.


Al visitar su página personal recientemente, parte de mis hábitos usuales, encontré una bien hilvanada historia con altas luces artísticas – por usar solo una materia prima de la imagen, la luz - motivo por el cual me animé a compartirlo con los usuarios de la red.


El primer mérito reside en la solidez del reportaje gráfico y el tema, común si no fuera por su importancia tras los furiosos embates de los huracanes, centrado en un hecho cotidiano de la isla en estos momentos: la recuperación agrícola, la cosecha de la papa en específico, en honor esta vez al 49 aniversario del primer trabajo voluntario convocado por el Che. Dicho de paso, si de imágenes de huracanes se trata, echarle un vistazo por favor a Paloma en Camagüey, de la misma autoría.


Sobresalen las composiciones convincentes, el atinado uso de los planos y el cambio de los ángulos de toma, la inclusión del simbolismo para contextualizar las imágenes sin caer en lo trillado. Aportan también el magistral uso de la luz, los contrastes, los tonos y matices.


A todo ello se suma la labor de editor, en este caso auto-editor, para seleccionar las imágenes con mejores posibilidades de transmitir el tema fotoperiodistico.


Rene Massola gana continuamente adeptos a su arte fotográfico, las visitas a su página y los cometarios a sus trabajos lo demuestran, sostenido por la acertada utilización de las nuevas tecnologías y las potencialidades asociadas. Arte y profesión conviven armoniosamente en la lente de Massola.

jueves, 20 de noviembre de 2008

La Habana cumple 489 años

Por Amauris Betancourt.

Fundada inicialmente como san Cristóbal de La Habana, en honor a Cristóbal Colón, La Habana celebró su onomástico el pasado 16 de noviembre.

La Habana Vieja acoge la famosa Ceiba, lugar fundacional donde se ofico la primera visa de la séptima villa devenida majestuosa ciudad y capital del país desde finales del siglo XVI. Su notoriedad se extiende allende los mares por los valores arquitectónicos y por la peculiar cultura humana que en ella confluye.

La Habana cautiva a extranjeros en busca de la cubanía de la Isla y atrae a nacionales a asentarse seducidos por los aires capitalinos, lo cual ha provocado problemas de sobrepoblación.

Pletórica de museos –otrora majestuosos palacios-, parques, monumentos, plazas, fortalezas, actividades culturales, bibliotecas, iglesias, hoteles, bares y restaurantes, La Habana ha servido de fuente de inspiración a poetas, músicos e intelectuales que sobre ella escriben.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Fernando Gil-AYA, el preceptor de niños

Texto y fotos: Amauris Betancourt.

“El arlequín que llevo dentro”, nuevo espacio cultural del Centro Provincial de la Artes Escénicas en Holguín, tiene cita dos veces al mes. Pretende homenajear a artistas y fomentar el interés por el mundo de las tablas.

“Gil”, como prefieren llamar a Fernando Gil Arias, “merece todos los espacio de mi ciudad” dice Ignacio Figueredo Parra –guionista, productor y director de la peña-, y agrega “creo que la manera que tiene el hombre en llamarse artista es creando y haciendo. Somos muchos los que lo consideramos ACTOR”.

Gil proviene de las Escuelas de Instructores de Arte de Manzanillo, provincia de Granma. La ciudad de Holguín lo acoge en 1979 como instructor y actor del Teatro Guiñol. Luego funda el grupo teatral Mella de la Central de Trabajadores de Cuba y el Proyecto de Teatro Callejero Gilaya.

Gil atesora el Premio de la Ciudad 2005 y aunque actualmente integra y dirige el elenco del Teatro Dramático de Holguín desde 2001, ha dejado huellas en la televisión, el teatro de títeres y el atrezzo.

Gil evoca sus vivencias, entre buenos y malos recuerdos, de más de 30 años dedicados al arte escénico con un aura de nostalgia. Su personaje del Chivo lo ha marcado. Muchos suelen llamarlo actualmente así. Cierta vez debe interpretar dos personajes: primero el Grillo y luego el Chivo, pero olvida cambiarse la máscara. Su experiencia y profesionalidad artísticas salva la situación y las aprovecha en aras del espectáculo, pero trasciende la anécdota.

Los artistas de las artes escénicas de la ciudad profieren afecto y admiración por Gil: el Guiñol de Holguín interpreta para él, la obra “La cucarachita Martína”; y habla entonces de la destreza del titiritero a diferencia de la del actor de teatro: éste debe insuflar energía y credibilidad al títere; aquel lo puede hacer directamente con su cuerpo.

El proyecto Gilaya se recuerda como una de sus más maravillosas acciones. Gil viene de su nombre y aya, del que se encarga de, o vela por, la educación de los infantes. Los niños, según el proyecto, se dan cita con él y sus colaboradores en las ruinas del Alba, donde actualmente radica la homónima Academia de Artes Plásticas. Acuden cientos de niños, pero solo pueden acceder un centenar. La entrada de padres o adultos es prohibida: deben dejar los niños y recogerlos cuatro horas después.

El proyecto resulta bastante polémico. Los médicos les sugieren a los padres la peña, pero los colegas en el arte lo cuestionan. Aún así padres y médicos confían en las actividades con los niños y el espacio gana además de adeptos buena reputación desde el punto de vista artístico.

Como realizador de atrezzo destacan “Año cero” y “Los dioses escuchan”, de la compañía danzaria Codanza que también acude a esta peña a homenajear al “Chivo” con “Oda al diablo”; y luego se suma al mismo propósito el Ballet de Cámara de Holguín.

Eugenio Hernández Espinosa, José Antonio Rodríguez, Michaelis Cué y Ana María Paredes se cuentan entre sus maestros y amigos, entre los profesionales a quienes admira y de quien se siente artísticamente deudor.

Gil habla añora un mejor futuro que el presente para el teatro de títeres y para las artes escénicas de la ciudad. Le parece lamentable el estado de deterioro de ciertas instituciones que ya no cumplen el objeto social para el que fueron creadas y deben ser readaptadas a las nuevas condiciones tecnológicas y artísticas.

El arlequín que llevo dentro ha tenido un feliz comienzo. Se espera la siguiente peña con placer anticipado. La ciudad tiene otro espacio cultural para admirar a artistas y recrear el arte.

El papa Juan Pablo II en Holguín

Por Leandro Estupiñan / leandro@ahora.cu
Fotos: Amauris Betancourt.


En enero de 1998 llegó a Cuba, por primera vez en la historia de la nación, el papa de Roma.

Juan Pablo II había sido invitado a la Isla por el gobierno y, el pontífice, en su afán por llevar el legado de la iglesia a todos los rincones, vino de una vez. Ahora se cumplieron 10 años de la visita y, por todo el país, una exposición de fotografías recuerda el momento.

La muestra pertenece a Arturo Mari, fotógrafo personal del polaco que, antes de asumir su misión en el Vaticano, se llamaba Karol Wojtyla. Durante una semana ha permanecido abierta al público en la catedral San Isidoro.

Mari nació a pocos metros del Vaticano y desde niño estuvo marcado por la cercanía a los cabezas de la iglesia católica. Pero junto a Juan Pablo II se mantuvo buena parte de su vida. Lo acompañaba desde temprano en la mañana hasta horas de la noche.


A Cuba lo siguió durante su estancia en 1998. De aquel momento dejó testimonio en esta serie de 51 fotografías de las cuales, se exhiben 31 en la primera ciudad de Cuba en ostentar una efigie del Sumo Pontífice.

Para su inauguración llegó a la ciudad un representante de la Orden de Malta en Cuba y Luigi Bonazzi, Nuncio Apostólico.La muestra fotográfica rememoró la estancia en Cuba de quien fuera un hombre que practicó el deporte, cultivó el arte y parecía tener, como ningún de sus antecesores al frente de la iglesia, un memorable sentido del humor.

También era un hombre justo y humano, tanto que apenas seis horas antes de morir volvió a encontrarse con su viejo fotógrafo Mari, no para pedirle un retrato, sino para decirle simplemente: “Muchas gracias por todo”.