martes, 10 de febrero de 2009

Museo Conjunto Histórico de Birán, Monumento Nacional

Texto y foto: Amauris Betancourt.


La tarja develada en la tarde del 5 de febrero de 2008 marca la inauguración oficial del conjunto histórico de Birán como Monumento Nacional, lugar natal de los presidentes cubanos Fidel y Raúl Castro Ruz, abierto al público como museo desde noviembre de 2002.

El inmigrante español Angel Castro Argiz, padre de Fidel y Raúl, funda el Batey de Birán en 1915, tras su llegada donde murió en 1956. El conjunto abarca actualmente once instalaciones, pero incluía 27 originalmente. Las 16 restantes sucumbieron a un fuego accidental y se pretende rescatar al menos dos más.

Ubicada a 72 Km. de la ciudad de Holguín, capital provincial de la homónima provincia, y aproximadamente a 844 de La Habana, en el municipio de Cueto, comprendía además un hacienda de 10 000 hectáreas dedicadas fundamentalote al cultivo de la caña de azúcar.

Cientos de visitantes cubanos y extranjeros realizan diariamente visitas guiadas por sus áreas en el horario de martes a sábado desde las 9:00 hasta las 4:00 p.m. y los domingos de 9:00 a.m. a 12:00 m.


Principales instalaciones:


Panteón familiar: Lugar donde reposan los restos de los abuelos maternos y de los padres de la familia Castro Ruz.

Escuela Rural Mixta No 15: Escuela donde recibieron la educación elemental Fidel y sus hermanos, traslada al Batey por Ángel Castro en 1920. Se exhiben fotos del Comandante en Jefe Fidel Castro y de las diferentes escuelas donde Fidel cursó estudios posteriores (La Salle, Dolores y Belén), y de su última visita a Birán.

Nave de carretas: Con 40 x 12 metros cuadrados, se usaba para guardar carretas y otros medios de transporte de caña.


Bohío de inmigrantes haitianos: Replicas de un barracón y cinco bohíos para uso de los haitianos que laboraban como asalariados en la construcción de la hacienda de los Castro y en las tierras cañeras.

Carnicería: Se expendía carne a la comunidad entonces.

Valla de gallo: Replica de la original que usaban para pelear gallos entre los meses de abril y diciembre.

Camino Real de Cuba: Los españoles construyen esta vía en 1862 para unir la Bahía de Nipe con la de Santiago de Cuba, que propició el desarrollo y la prosperidad para la hacienda.

Correo telégrafo: Construido en 1933, conserva algunos medios usados para la comunicación donde existe una maqueta con la imagen del batey en los años 50.

Casa No 2. La paloma: Habilitada en 1947 consta de dos pisos. En la planta baja albergaba un billar, un bar, reservados y almacenes; y en segundo piso la casa construida para el abogado Fidel Castro, nunca habitada por él, y ocupada por la familia en 1954 donde se muestran objetos personales y tecnológicos de la época.

Casa Natal: Constituye una réplica de la casa original que sucumbió al fuego en 1954, reconstruida por Celia Sánchez Manduley en los 1970s donde existen objetos personales de la familia Castro Ruz.

Su arquitectura recrea lo español y lo norteño. Ocupa 513 metros cuadrado de techo levantada sobre 76 pilotes que hacen espacio para un sótano usado por la familia para garaje y proteger el ganado.

Posee u mirador donde se ubicaba la habitación de Ángel Castro y Lina Ruz.


Casa de la abuela: Construida para la abuela materna en 1958 y actualmente muestra regalos hechos a Fidel por amigos cubanos y de otras partes del mundo.

Motel: Construcción de madera y techo de zinc, originalmente destinada a Angelita Castro Ruz y finalmente usada como hospedaje para transeúntes que usaban el camino real.

lunes, 9 de febrero de 2009

Frank Fernández, 50 años de entrega al arte

Texto y fotos: Amauris Betancourt.

El pianista Frank Fernández sobresale como uno de los representantes más genuinos del arte musical cubano. Nacido en el municipio de Mayarí, cumple el próximo marzo 65 años de edad, 50 de ellos dedicados a la música.

Al decir del mismo Frank en entrevista a Leandro Estupiñán para las páginas del semanario ¡Ahora!: “… cada vez me convenzo más de que el pasado no tiene remedio y el futuro no existe. Lo único importante es el ahora.” Sucedió así en el concierto ofrecido en el cine-teatro Ismaelillo en su provincia el pasado 31 de enero, a manera de inicio a los festejos por este medio siglo dedicados al estudio y la interpretación al piano.

Los holguineros pudieron disfrutar sus interpretaciones de las obras Ave María, de Schubert, El vals del minuto y Vals Triste, de Federico Chopin y Un recuerdo, Invitación, Picotazos, Adiós a Cuba y Los tres golpes, de Ignacio Cervantes. Y de otras como los temas de la serie La gran rebelión y la telenovela Tierra brava, Vals joropo, Conga del mediodía, Habanera y Zapateo por derecho. Agrego además, ante las fuertes e insistentes ovaciones del público, Perla marina, de Sindo Garay; La comparsa y Malagueña, de Ernesto Lecuona; Danza ritual del fuego, de Manuel de Falla y el poema musicalizado Gracias a la vida, de Violeta Parra. A Altagracia Tamayo, su madre y maestra de piano, agradece sus primeros estudios de piano en su pueblo natal, donde gracias al rico ambiente cultural de este pueblo pudo codearse con prestigiosas figuras del arte cubano como Sindo Garay, genial músico cubano, uno de cuyos parientes fue su padrino de bautizo.

De su mamá recibía entonces, a sus tres o cuatro años, el piano clásico con obras de Beethoven, Schumann, Litstz, Mozart, Schubert. A la vez, escuchaba la música popular en los nombres de Sindo Garay y Manuel Corona personalmente. Oía hablar de Pepe Sánchez, de María Teresa Vera, de Miguel Matamoros. Y así se mezclaban lo autóctono tradicional con lo clásico universal que tanto define su actual quehacer artístico.

Se le reconoce actualmente como uno de los precursores de la escuela cubana contemporánea de piano; y a pesar de haber estudiado en la ex Unión Soviética y alimentar su acervo con las influencias de reconocidas figuras que confluían en esta prestigiosa sede mundial de este instrumento –además de retroalimentarse del renombrado bagaje creativo de la vecina escuela europea– coloca en un lugar distinguido a los músicos cubanos de quienes se ha enriquecido muchísimo en piano y composición.

Sus geniales interpretaciones le han ganado los elogios y la crítica del público nacional e internacional, y de los medios de prensa especializados, en la misma meca del piano: el conservatorio Chaikostky, de Moscú. Así ha recorrido con igual suerte las principales salas del mundo desde Tokio hasta París y Madrid donde le han concedido los más importantes reconocimientos mundiales como pianista y compositor.

Frank Fernández es protagonista vivo de la historia de la música cubana. Con ese crédito se dedica también a la producción artística para rescatar los valores musicales olvidados en la Isla porque “…independientemente de que estemos de acuerdo o no con su manera de pensar” – le dice a Leandro. “El arte no tiene patria, los artistas sí.”

Frank se complace incentivando a los jóvenes talentos y promoviendo la cultura de su provincia natal de Holguín. El pasado año estuvo en estos lares para asistir a la interpretación de la sinfonía 1812: elogió a la sazón a la Orquesta Sinfónica de Holguín y ahora regresa para actuar junto a ella en una gala homenaje al Ejercito Oriental.

Frank Fernández vivirá un año intenso, entre homenajes y reconocimientos, por sus 50 años haciendo arte. Holguín puede apenas ocultar el orgulloso de que el maestro haya nacido aquí y haya iniciado las celebraciones precisamente en su provincia de origen.