Por Amauris Betancourt.
Gibara se asocia con una ciudad portuaria bella y atractiva, lo cual es muy cierto. Pero apenas se refieren sus encantos naturales. La biodiversidad que atesora atrae la lente de varios fotógrafos, aficionados y profesionales, a quienes no le resulta difícil detener instantes de su flora y fauna por la fotogenia inherente de su entorno citadino o rural.
 |
Amanecer en la Bahía de Gibara. |
El ecosistema de Cupeycillo aloja especies de aves endémicas y ofrece su espacio a corredores de aves migratorias que hacen estancia allí en determinadas épocas del año.
 |
Bobito. |
 |
Carpintero jabao o Meladerpes supecidiario. |
 |
Cartacuba o Todus multicolor. |
 |
Cartacuba o Todus Multicolor |
 |
Siju platanero.
La gracia de la Bahía de Gibara embruja: no creo que haya persona quien, lente mediante, oponga resistencia a obturar; aunque si muchas que lamentan no traer cámara para llevarse la ciudad consigo en una instantánea. ¿Quién lo duda? |
 |
Elevación Silla de Gibara, la Bahía en primer plano. |
 |
Bahía de Gibara. |
 |
Amanecer en Gibara. |
 |
Bahía de Gibara. |