viernes, 27 de marzo de 2009

Faustino Oramas, el juglar andante

Por Lythia Esther Ochoa / lydiaesther@radioangulo.icrt.cu
Música y lluvia fue una buena combinación para despedir a Faustino Oramas Osorio hace dos años, en un sepelio que congregó a cientos de holguineros. Sus coterráneos no podían creer que el Rey del doble sentido había descendido para siempre del trono, de sus dominios donde los símbolos de cubanía eran la guaracha y el son, las carcajadas y las reverencias. Fueron varias generaciones las que acompañaron al Guayabero en un viaje que realmente no tendrá ida mientras su música sea motivo de regocijo y los textos de sus composiciones genere el buen humor en estos tiempos, donde muchas veces hay que caminar con mucho cuidado por los senderos llenos de escollos. Senderos que Faustino Oramas tuvo que andar cuando allá por los años 30 del pasado siglo, había nacido en 1912, era un joven que cantaba sus penas y alegrías en diferentes sitios de Holguín y hasta en los ómnibus que abordaba por propia iniciativa.
Banda original "El Guayabero" con el bardo en vida, en la Casa de la Trova Faustino Oramas.Era como un Quijote de ébano enfrentando los molinos de su pobreza en una sociedad que dividía al parque Calixto García en dos paseos, uno para los blancos y otro para los negros, mientras el artista marginado pasaba el sombrero entre los pasajeros del ómnibus que recorría de un extremo a otro de la ciudad asentada entre los ríos Jigüe y Marañón. El pueblo acudió en masa al sepelio del Guayabero.
El Guayabero contaría muchos años después que al terminar de cantar se quitaba el sombrero y al acercarlo a los pasajeros decía invariablemente: “Coopera con el artista cubano”, y así un día y otro, hasta que pudo abrirse camino en un mundo tan desigual e injusto.

Al evocar aquellos tiempos no lo hacía con rencor sino que sonreía al hablar de sus primeros años de artista autodidacta, sonero y trovador, juglar andante de todos los tiempos que supo desafiar su destino preconcebido en las primeras décadas del siglo XX y dar lecciones de constancia y amor a su tierra natal.
La Banda de Concierto de Holguín precedio la marcha fúnebre.
Como decía Faustino Oramas, “en eso llegó la Revolución” y también llegaron los reconocimientos a su figura, “que no merecía pero supe recibir con gratitud”. En diversos escenarios compartió con Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Pancho Amat, Eliades Ochoa y otros grandes artistas cubanos.

El propio Fausitno devela su estatua a tamaño natural en el Centro Provincial de la Música y los Espectáculos.
Su hogar fue punto de referencia de los visitantes, quienes no podían prescindir de compartir con el holguinero en los conciertos improvisados, prolongados hasta el amanecer, similar a los cumpleaños que no tenían cuándo acabar, con un pueblo que acudía desde temprano para felicitarlo y se marchaba con los primeros claros del 4 de junio, día de su nacimiento.
Festejos de su último cumpleaños.
El Rey del doble sentido, el Juglar mayor, el trovador-sonero y el Guayabero identifican a Faustino Oramas, quien falleció el 27 de marzo de 2007, cuando ya desafiaba el centenario de existencia; logró transitar por dos siglos y saltar de un milenio a otro provocando carcajadas a su paso en su natal Holguín, en otros pueblos y ciudades de Cuba, en España y México, porque el humor cuando es original hace reír a todos.

1 comentario:

  1. Hola Amauris, como solito te he "robado" este maravilloso articulo sobre la vida de El guayabero para traducirlo en Italiano a este enlace en Quintavenida.it

    Una pequeña precisación, la periodista Lythia Esther Ochoa dice que Faustino nació en el 1912, pero que yo sepa, nació en el 1911.

    Un saludo de Italia,
    Stefano

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