martes, 12 de mayo de 2009

El valor de la palabra hecha imagen

Por Alfonso del Rosario y Betsy Cintra / viernes 08 de mayo de 2009 / alfonso@telecristal.icrt.cu

(May. 08) Las posibles, discutidas y muchas veces establecidas dicotomías entre el periodismo y la literatura son barridas de un flashazo por Kaloian Santos Cabrera en su exposición 50 veces Cuba, que como parte de Babel se exhibe en la sede de la UNEAC en Holguín.

Formado en el andar de un diario como Juventud Rebelde, que ha sabido buscar en lo relevante lo efímero, y en lo cotidiano lo trascendente, Kaloian viene a ser esa especie de rara avis del periodismo, ya que sus palabras también tienen el apoyo gráfico, con la maestría y la complicidad de quien asegura que una imagen vale más que…

Los que participamos en el batallar diario de hacer periodismo, inclusive quienes pertenecemos al mundo del audiovisual, padecemos la limitante de la falta de perspectiva visual, la concepción reñida a la palabra, sin ir más allá de la semántica y los tropos.

Pero Kaloian encuentra el significado en lo visible, en lo que cualquier neófito entiende por lo evidente, sólo que en él funciona con un matiz artístico.

Banderas cubanas protagonizan en las más variadas circunstancias el discurso de este fotógrafo-periodista, siempre con un protagonismo que va más allá de las astas, los desfiles o las concentraciones multitudinarias.

Pocas veces encontramos en exposiciones fotográficas a un símbolo sin los atenuantes simbólicos asociados a la ideología o la historia.

En esta ocasión la bandera nacional cubana protagoniza historias particulares, sucesos que podrían marcar la diferencia para una persona, para sus gestos, más allá de movimientos o efemérides.

La cubanidad, ya como bandera, como estandarte, va calada en los cuellos de los pioneros, en los bicitaxis, en una simple pared desconchada o vinculada a ese mar tan remoto y protector.

Y es que nuestra enseña nacional forma parte en primera persona de la cotidianidad y de los sucesos que definen el presente, el pasado y el futuro de la nación.

Miles de palabras podrían encerrar, quizás, la intención de definir esos colores que permanecen en nuestra idiosincrasia, pero cincuenta imágenes son más, son la confluencia de la nación-alma, donde los cubanos nos refugiamos para bien de los que amamos.

Un símbolo que no respeta la calidad del material para su reproducción y sobresalta ante los ojos de todos con el significado de cada uno de sus colores; tampoco importa su tamaño, ahí está imponente ante la mirada y obliga a observarla.

La bandera cubana, parece no importar la época ni la nación a que pertenece el espectador, ella tiene su propia historia e invita a compartirla, interrelación de pasajes humanos que prescinden de ella.

Respaldando a todos, puede ser que no la veamos en algún momento, pero nunca pasará inadvertida. Guarda demasiada historia para no ser vista y su simpleza es verdadera transparencia traducida en obligada reverencia.

Kaloian logra su propósito de resaltar una vez más que existen cosas imprescindibles.

2 comentarios:

  1. Muy Buena las foto ! Amauris me complimento contigo, soy Filippo Manghisi Resp. Artistico del sitio www.5av.it sobre cuba y amigo de Stefano Guastella

    ciao!

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  2. Gracias Filipo por el cmentario dejado en la blog sobre las fotos de mi amigo fotorreportero Kaloian santos Cabrera.
    Amauris.

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