Fotos: Amauris Betancourt.

Juan Pablo II había sido invitado a la Isla por el gobierno y, el pontífice, en su afán por llevar el legado de la iglesia a todos los rincones, vino de una vez. Ahora se cumplieron 10 años de la visita y, por todo el país, una exposición de fotografías recuerda el momento.

Mari nació a pocos metros del Vaticano y desde niño estuvo marcado por la cercanía a los cabezas de la iglesia católica. Pero junto a Juan Pablo II se mantuvo buena parte de su vida. Lo acompañaba desde temprano en la mañana hasta horas de la noche.

Para su inauguración llegó a la ciudad un representante de la Orden de Malta en Cuba y Luigi Bonazzi, Nuncio Apostólico.La muestra fotográfica rememoró la estancia en Cuba de quien fuera un hombre que practicó el deporte, cultivó el arte y parecía tener, como ningún de sus antecesores al frente de la iglesia, un memorable sentido del humor.

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