miércoles, 29 de abril de 2009

Romerías de Mayo, tradición reivindicada

Por Amauris Betancourt.


El Fray franciscano Antonio de Alegría inicia la tradición romera en Holguín en 1790. La Asociación Hermanos Saíz (AHS), la organización juvenil de la vanguardia artística de la Isla, y estudiantes de la universidad de Holguín, reivindican las Romerías de Mayo poco más de dos siglos después desde la secularización bajo el lema legado por el científico holguinero Juan Manuel Guash del Monte: “… por que no hay hoy sin ayer…”.

Entonces, al principio, solo era religiosa la festividad; luego adquirió matices populares. Hoy deviene mezcla perfecta si bien la cultura volcada a las calles apenas deja ver los pocos oficios religiosos de los que peregrinan en pago de promesas o a practicar la adoración.

Dos siglos atrás no existía esa escalinata que muere en la cima, remedo y reniego quizás de la Torre de Babel. Pero esta une en el arte y aquella servía de coartada al desentendimiento.

Al principio se subía la cruz en hombros hasta lo más alto y poco a poco acudía el pueblo a las faldas del Cerro Bayado, ahora Loma de la Cruz, a bailar, a beber aguardiente, a pelear gallo. Ahora se bebe, se baila y se escucha música tras la peregrinación, protagonizada por coterráneos, foráneos y extranjeros a través de las calles de la ciudad desde la cultura como perfecto idioma del consenso.


Aunque algunos prefieren no referirla como fiesta popular, lo es. Pero lo es preñada de arte. Lo que concibió el cineasta cubano Humberto Solás en el Cine Pobre de Gibara, se había logrado ya en las Romerías de Mayo. Agrupar en un evento a varias artes.


¿Qué es sino el evento de Danza en Paisajes Públicos, el teatro callejero, los artistas del performance, las artes visuales en el evento Babel. El cine con La Cámara Azul, o las investigaciones con el evento teórico Memoria Nuestra. El festival Rockmerías. O la Feria Iberoamericana de Artesanía o ese divino espacio de trova en el Bosque de los Mártires, en la Plaza de la Revolución Calixto García, a la que se llega en singular peregrinación pre-romerías.

Las Romerías de Mayo 2009 se proyecta cosmopolita y masiva, dedicada a Montreal, provincia del Canadá. Desde allí no solo llega una amplia delegación. Llega el jazz. Muy importante esto porque en Holguín el jazz no se escuchaba tanto. A Vic Vogel, afamado jazzista, lo acompañan varios talentos de esta música desde la parte francófona de Canadá. Y vienen además alumnos en representación de varias escuelas de arte para compartir creaciones e ideas.


Pero hay participantes de México, España, Honduras, Sudáfrica, etc. Más de 32 países acuden a la edición romera en Holguín y ya suman más de 300 los invitados extranjeros sin más pretensiones que invadir los espacios públicos para alcanzar, de primera mano, el contacto con la población ocasional y habitual de la ciudad.

Las Romerías transita desde la tradición hasta la modernidad. La dinámica comienza con el peregrinar desde la parte más actual de la ciudad hasta donde nació el rito inspirado en la madre de Costantino el Grande, hasta la Loma de la Cruz; pero hacha al hombro, cambiada en honor a los nativos de la región. La transición emerge a mitad de semana y esta cede ante la modernidad. Entonces se hace descender el hacha desde la Loma y se iza en uno de los edificios más altos de la ciudad, los 18 plantas, ubicado donde la ciudad es más joven.

En tan grande empeño debe velarse por la organización. Nos va las Romerías en ello. La convocatoria salida de la seriedad crecerá y la esperanza de convertirla en el Festival Mundial de las Juventudes Artísticas será más concreto y plausible.

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